Archivo de la categoría: Oración

Soy yo

Mira la flor, mira los campos, soy yo.

Mira los niños y a los ancianos, soy yo.

Mira en tu cuerpo, mira en tu adentro, soy yo.

Mira en el mundo, me estoy muriendo, soy yo.

Soy yo, el que vive en ti, el que ama en ti, permanece, el que todo lo puede y transforma la vida si tu quieres (bis)

Mira la tierra, mira las aguas, soy yo.

Mira la luna y el universo, soy yo.

Mira las calles y las aceras, soy yo.

Mira los muertos y a los hambrientos, soy yo.

Señora nuestra…

“Señora de la Muerte y de la Vida, puerta grande del Cielo, nuestra/ vida, dulzura y esperanza.

Cuando nos llegue aquella hora oscura de caer, con los muertos, en la fila implacable; cuando busquemos, al caer, desnudos de todo, …

¡vuelve a nosotros esos ojos tuyos, como una luz templada y a la espera, igual que una caricia sobre el rostro salvado para siempre, como el beso de Dios, por fin logrado…

…¡«Y después del destierro, muéstranos a Jesús»!.»

Pedro Casaldáliga

Morir solo es morir.

Y entonces vio la luz. La luz que entraba
por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huída
y entendió que la muerte ya no estaba.
Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
 y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura
José Luis Martín Descalzo

Curiosa forma de pagarnos

Me descolocaba tu justicia extraña,
esa forma de medir
que olvidaba las horas trabajadas.
Me enfadaba con los que hicieron menos,
creyeron menos, sacrificaron menos,
y me indignaba contigo, que parecías no ver nada.
Intentaba negociar mejor paga,
algún reconocimiento,
una que otra medalla.
Me dolía lo injusto de tu salario.
Me extrañaba lo ilógico de tus premios
Me mordía –reivindicación y envidia–
la suerte de los jornaleros de la última hora.
Hasta el día en que yo fui el último,
el más zoquete,
el más frágil,
el más malo,
el más amado
… y empecé a entender
José María Rodríguez Olaizola

Oración del Alfarero

Toma mi barro otra vez, alfarero,

recógeme con tus manos que vengo roto
y no puedo tocar con las mías tu cuerpo.
Álzame de nuevo en tu torno, alfarero,
que traigo mi gesto sin vida;
y tengo necesidad de tu gesto.
Recréame con tus dedos,
aliéntame con tu aliento;
pon en mi carne tu fuego.
Mete tu mano en mi entraña, forma mi cuenco,
un cuenco frágil, pequeño,
donde solamente quepa un corazón bueno.
Hazme otra vez, alfarero.

¡Sólo tú!

Tú que estás por encima de nosotros,
Tú que eres unos de nosotros,
Tú que estás también en nosotros,
haz que todo el mundo te vea también en mí
y que yo te prepare el camino.


Que te agradezca todo lo que me ocurre
que no olvide la miseria de los demás.

Guárdame en tu amor,
como quieres que los demás
permanezcan en el mío.
Que todo lo que forma parte de mi ser
sirva para tu alabanza
y que no desespere jamás.
Porque yo estoy en tu mano
y en Ti está toda fuerza y toda bondad.

Dame un corazón puro para que te vea,
un espíritu humilde para que te escuche,
el espíritu de amor para que te sirva,
el espíritu de fe para que permanezca en Ti.

Tú, a quien no conozco,
pero a quien pertenezco.
Solo Tú.

(Fuente: Reflejos de luz)

Profesión De Fe

Dios no es el mar, está en el mar; riela

como luna en el agua, o aparece

como una blanca vela;

en el mar se despierta o se adormece.

Creó la mar, y nace

de la mar cual la nube y la tormenta;

es el Creador y la criatura lo hace;

su aliento es alma, y por el alma alienta.

Yo he de hacerte, mi Dios, cual Tú me hiciste,

y para darte el alma que me diste

en mí te he de crear. Que el puro río

de caridad que fluye eternamente,

fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,

de una fe sin amor la turbia fuente!

El Dios que todos llevamos,

el Dios que todos hacemos,

el Dios que todos buscamos

y que nunca encontraremos.

Tres dioses o tres personas

del solo Dios verdadero.